Copos de chocolate
Los residentes de Olten, Suiza, se sorprendieron con una lluvia de partículas de chocolate que cubrieron toda la ciudad. El sistema de ventilación de una fábrica de chocolate había fallado y esparcido cacao en el aire, dejando la zona cubierta de copos dulces. ¡Es como un sueño hecho realidad para los adictos al chocolate!
En las manos de Dios
Cumplir 18 años abrió paso a una nueva etapa en la vida de mi hija: ya era legalmente adulta y pronto se embarcaría en la vida tras graduarse de la escuela secundaria. Este cambio me produjo una sensación de urgencia, ya que tendría poco tiempo con ella bajo mi techo para impartirle la sabiduría que necesitaría para enfrentar el mundo sola: sus finanzas, la situación global y la toma de decisiones.
Semillas de fe
La primavera pasada, antes de que vinieran a oxigenar nuestro césped, una tormenta de viento voló todas las semillas de un arce. Así que, cuando la máquina de oxigenar rompió el suelo compacto, plantó cientos de semillas de arce en el jardín. Tan solo dos semanas después, ¡empezó a crecer un bosque de arces en mi césped!
Descubrir la creación
Krubera-Voronja, en Georgia, Asia, es una de las cuevas más profundas del planeta. Un equipo de exploradores llegó hasta las oscuras y aterradoras cavernas que llegan hasta ¡2.197 metros al interior de la tierra! Unas 400 cuevas similares existen en otras partes de ese país y del mundo. Cada vez se descubren más y se establecen nuevos récords de profundidad.
Curación más profunda
El Domingo de Pascua en 2020, la famosa estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil, fue iluminada de modo que Jesús parecía estar vestido de médico. La conmovedora representación de Cristo como médico fue un homenaje a los numerosos trabajadores de la salud que batallaron en primera línea contra la pandemia del coronavirus. La imagen refleja la descripción común de Jesús como nuestro gran Médico (Marcos 2:17).
Medicina musical
Cuando Bella, de cinco años, fue hospitalizada por cáncer, recibió musicoterapia como parte del tratamiento. Muchos han experimentado el poderoso efecto de la música en el estado de ánimo sin saber exactamente el porqué, pero los investigadores han documentado hace poco un beneficio clínico. Ahora la música se prescribe para pacientes con cáncer —como Bella—, Parkinson, demencia senil y trauma.
Protege tu corazón
El matemático Abraham Wald colaboró con sus habilidades a los esfuerzos de la Segunda Guerra Mundial. El ejército buscaba maneras de proteger sus aeronaves del fuego enemigo, así que les pidieron a Wald y sus colegas que resolvieran cómo hacerlo. Empezaron examinando los aviones que volvían, para ver en dónde estaba el mayor daño. Pero Wald entendió que el daño sobre esos aviones representaba solo el lugar donde podían recibir un impacto y aun así sobrevivir. Las áreas que más necesitaban protección adicional se encontrarían en los aviones que se habían estrellado, y esos no se podían examinar.
Un lugar para residir
Los martinetes —aves pequeñas relacionadas con las golondrinas— hacen su nido en las riberas. Los desarrollos urbanísticos en el sureste de Inglaterra han reducido su hábitat, y las aves tienen cada vez menos lugares para anidar cuando regresan de su migración invernal cada año. Los conservacionistas locales decidieron construir enormes bancos de arena artificiales para albergarlos. Con la ayuda de una compañía de esculturas de arena, elaboraron espacios para que las aves se establecieran en el futuro.
Latiendo en unidad
Las historias han cautivado a los humanos desde el comienzo de la creación, como una manera de transmitir el conocimiento mucho antes de que existiera el lenguaje escrito. Todos hemos experimentado el deleite de oír o leer una historia y quedar inmediatamente atrapados por frases iniciales como: «Había una vez». Su poder incluso se extiende al hacer que nuestros corazones latan sincronizados al escucharlas juntos. Una investigación reciente indica que nuestros corazones entran en el mismo ritmo cuando oímos la misma historia al mismo tiempo.
La ballena Granny
Una orca, a la que los investigadores llamaron «Granny» [Abuelita], parecía conocer la importancia de su papel en la vida de su «nieto ballenato». La madre había muerto, y el huérfano no era lo suficientemente grande para vivir sin protección y sustento. Aunque ya de ochenta años (o más), Granny se puso a su lado para enseñarle lo que necesitaba saber para sobrevivir. Acorraló algunos peces para darle al ballenato en lugar de comerlos ella, no solo para que tuviera qué comer sino también para que aprendiera qué debía comer y dónde encontrarlo.